De acuerdo con la información que en tiempo real publica el COES – Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional, el 20.4% de la generación eléctrica en el Perú en este momento tiene como fuente el diésel, lo que eleva el costo marginal de la energía a 200 dólares el megavatio hora cuando el promedio no debería sobrepasar 40 dólares. El uso de diésel no es solo una preocupación por su impacto ambiental, sino también por ser un recurso fósil de alto costo y mayormente importado.
Si bien es cierto, la intensificación del uso de diésel se debe de manera específica a que el ducto de Camisea se encuentra en mantenimiento y la producción con hidroeléctrica se ve menguada por la ausencia de lluvias, la explicación de fondo es que el Perú no cuenta con fuentes de generación limpias y a bajo costo como la solar y eólica. Como país, no hemos logrado incorporar suficientes plantas renovables de manera oportuna a la matriz energética nacional, y ahora apenas representan un 5%. Esta situación es insostenible y debe ser corregida con prioridad porque la energía eficiente es indispensable para el desarrollo del país.
Durante los últimos años se nos aseguró que había una sobreoferta de energía y eso detuvo la incorporación de fuentes renovables a la matriz energética, pero hoy la realidad ha derribado esa afirmación.